Begoña, ¿camino al sanatorio en ‘Sueños de libertad’? “No sabes lo que dices ni lo que haces”
Ha sido un día de grandes revelaciones y triquiñuelas en la colonia de los De la Reina, de la popular serie de Antena 3, pero también un momento fatídico para Marta y Luz
El estratégico plan del personaje de Jesús, en la serie Sueños de libertad, está funcionando demasiado bien. El empresario, de la ficción que Antena 3 emite entre semana a las 15:45 horas, se ha propuesto doblegar la voluntad de su esposa Begoña, de manera que no solo permanezca a su lado, sin marcharse a Inglaterra, como tenía previsto, sino que además quede como una inestable mental delante de toda la familia De la Reina. El capítulo de este viernes ha sido la gota que ha colmado el vaso para levantar todas las sospechas sobre su salud.
El gran temor de Jesús siempre había sido que la enfermedad mental de Mercedes pudiese heredarse. Lejos de tal realidad, el hijo mayor de la familia se ha encargado de aparentar que así estaba ocurriendo. Jesús consiguió unas gotas de tranquilizante, que estaba suministrando a escondidas a su esposa, durante el anterior episodio de la serie protagonizada por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay. Hoy, el malvado ha puesto unas gotas más en su tisana.
El estado de humor de Begoña, sin embargo, estaba por los suelos, y la joven no tenía ganas de comer ni de beber. Finalmente, ha sucumbido a la insistencia de su marido de “no dejarse llevar por la melancolía”. Jesús ha puesto su mejor cara, aunque le ha comunicado que todavía no le había perdonado que le denunciase a la Guardia Civil. Así que, para recuperar su confianza, le ha pedido que fuese totalmente sincero con ella: “¿Ha pasado algo hoy, fuera de lo normal?”.
Begoña ha recordado que tuvo un delirio en el que vio la presencia de su madre fallecida, pero ha negado a su marido que le hubiese ocurrido nada. Más tarde, aprovechando que Begoña dormía, Jesús se ha acercado a su mesita de noche, y se ha llevado la pequeña medalla que Mercedes le regaló a su hija antes de morir.
Jesús ha preguntado si Marta tenía un amante, e Isabel le ha corregido: “Una amante”
Poco después, la aturdida Begoña le ha dicho a Gema que no era necesario que limpiase su habitación, pues ya lo había hecho Teresa. Pero la esposa de Joaquín le ha dicho que la criada no había pasado por allí, y que quizás aquello ocurrió el día anterior. “Puede ser”, ha admitido Begoña, muy confundida.
Por su parte, María ha creído que Gema había vuelto a las andadas, y se estaba fugando a Madrid para ver a Ernesto. La sirvienta ha intentado no comentar nada del proyecto del balneario de Joaquín y Luis, pero sí le ha explicado que había acudido a la capital con su marido, para que no pensase que volvía a tantear la infidelidad.
Isabel se va de la lengua
En el laboratorio, Jaime le ha contado a Luz que por fin le había contado sobre su tumor a Marta. “Aunque Marta te ayude, yo voy a seguir aquí”, le ha apoyado la doctora. Berenguer ha comentado que no tenía pensado contárselo a nadie más, pero Luz le ha respondido que la familia lo acabaría sabiendo, dadas sus constantes crisis. El médico ha invitado a Luz a ser también sincera con Luis, para que entendiese el tipo de proximidad entre los dos sanitarios. Jaime ha creído que Luis lo encajaría si ella se abría al hombre que amaba.
Después, Marta ha aparecido por el dispensario, llorando, y Luz le ha dado un abrazo y le ha dicho que era muy importante para ella saber que contaba con su apoyo. Luz le ha explicado también que Jaime y ella ya no estaban juntos, y le ha pedido apoyarse mutuamente cuando la enfermedad de Jaime se vuelva de lo más duro.
No muy lejos de allí, Isabel le proponía a Jesús contrarrestar la influencia que Marta tenía sobre Andrés y Luis, manipulando un secreto que la hermana no querría que se supiera. Jesús le ha preguntado si acaso Marta tenía un amante, e Isabel le ha corregido: “Una amante”. Jesús se ha levantado del asiento y ha negado que su hermana fuese una invertida: “En mi familia no tenemos a gente así”. Pero Isabel ha asegurado haber visto bien su encuentro amoroso con Fina.
Luis ha acudido al apartamento de Luz, y ella le ha confesado por fin que no tenía el título de médico, y que todo lo que había aprendido de medicina se lo enseñó el tutor al que servía, el doctor Borrell. Luis ha entendido que aquel no era el padre de la chica, y se ha enfadado todavía más cuando Luz ha admitido que ya no estaba con Jaime, y que nunca había dejado de querer a Luis. El perfumista se ha levantado de la mesa, espantado, y le ha dicho a Borrell que ya no sabía quien era, pues le ha tildado de mentirosa. ¿Llegará a perdonarle?
Begoña queda expuesta
Por la noche, Begoña ha preguntado a Gema si había encontrado la medalla de su madre. Al otro lado de la pared, Jesús ha escuchado la conversación, y ha vuelto a depositar el collar en su sitio, cuando Digna ha anunciado que iría a rebuscar a la habitación. Protegiendo a Gema, María ha reprochado a Begoña la actitud acusadora de su cuñada, y Andrés, que la ha escuchado, le ha pedido que no hablase así a la chica. En ese momento también ha aparecido Jesús, y María ha repetido que la única explicación a aquella desaparición estaba clara: “No sabes lo que dices ni lo que haces”.
Digna ha aparecido ipso facto con la medalla en las manos, y Begoña, abrumada, le ha pedido perdón a Gema. Pero ya era demasiado tarde: Begoña había quedado como una inestable mental delante de todos. María le ha recriminado con la mirada a Andrés que no la apoyase, y Jesús también le ha mirado con recelo a su hermano por apoyar a su esposa. A solas, Jesús ha reído por el hecho de que su plan estuviese saliendo a la perfección. ¿Llegará a internar a Begoña en un sanatorio si demuestra que no está en sus cabales?