Sueños de libertad

Avance “Sueños de libertad”: Begoña, en la encrucijada, capítulo 211 martes 24 de diciembre

Begoña afronta una difícil elección sobre Julia y Jesús mientras éste amenaza a Joaquín con Miriam y Pedro se refugia en Digna. En “Sueños de libertad”, el martes 24 de diciembre a las 15:45 en Antena 3.

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Tras la recuperación de Julia, Begoña debe decidir si continúa su acercamiento a Jesús en el episodio 211 de “Sueños de libertad”, con el empresario amagando con destapar el secreto de Joaquín y Digna volviendo a besar a Pedro.

En el capítulo anterior de “Sueños de libertad”, emitido el lunes 23 de diciembre, Jesús declaró la guerra a los Merino por las tierras; Damián logró ahuyentar a Santiago; Julia se recuperó y Begoña y Jesús continuaron su acercamiento, aunque Luz desconfió del empresario; Inés pidió perdón a Claudia, que disculpó a Andrés, pero Carpena exigió a Damián la cabeza del exmilitar y el patriarca dejó la decisión en manos de su hijo menor…

Si quieres descubrir todo lo que ocurrirá en el siguiente episodio, te lo contamos en el avance exclusivo que te ofrecemos en vemosTV del capítulo 211, que se emitirá el martes 24 de diciembre a las 15:45 horas en Antena 3.

Avance de lo que pasará el martes 24 de diciembre en el capítulo 211 de “Sueños de libertad”

Andrés comunica a Begoña que Julia tardará en perdonarlo, pues aún le habla con cierto resquemor. En esas, llega Jesús y la enfermera se marcha a atender a la pequeña. A solas, el empresario acusa a su hermano de “cargarse” a Mateo y le advierte: si no se marcha voluntariamente de la empresa, él se ocupará de obligarlo…

En las dependencias de los Merino, Joaquín, tras cortar con Miriam, se muestra muy meloso con Gema, a la que sorprende con un viaje romántico a Córdoba, donde “encargarán” su bebé. Aunque la alegría dura poco, ya que Jesús le da a elegir: o le revende las tierras o su mujer sabrá lo que hizo con la secretaria encima de la mesa de su despacho…

En la cantina, Tasio se desahoga con Claudia y exterioriza su dolor de una vez, confesando que, desde el primer momento inculpó a Andrés en la muerte de su amigo para no tener que culparse a sí mismo, admitiendo que fue él quien dijo a Mateo que condujese la furgoneta de marras y a Felipe que la arreglara.

En la mansión, Marta trata de interceder para que Damián evite la injusticia de que Andrés abandone la fábrica, pues Pedro es un hombre roto que no puede ser objetivo. Su padre aprovecha y le comenta que Santiago ha dejado de ser un problema: su hija ya no tendrá que mancharse las manos de sangre…

Entretanto, María ruega a Damián que se apiade de Andrés y él se extraña de que su nuera defienda a su hijo pequeño a estas alturas, sentenciando que no mirará para otro lado. Así, ella le afea que haya aguantado tanto a Jesús mientras se ceba con el benjamín solo por mitigar la rabia de perder al nieto que iba a darle Tasio.

A todo esto, don Agustín se presenta en la habitación de Claudia, que sigue destrozada y sin querer ni que le mencionen a Dios, a quien odia con todas sus fuerzas. El cura la entiende e intenta convencerla de que acepte el plan de ir a la playa con las chicas para despedirse definitivamente de Mateo y luego continuar su vida.

En paralelo, Tasio, aconsejado por Claudia, se disculpa con Andrés y reconoce que no es justo que le endosen la tragedia, porque son demasiadas las cosas que muchos deberían de haber hecho o dejado de hacer para evitarla. De esta manera, le recomienda aprender a vivir con esa parte de culpa y su jefe le da las gracias como hermano.

Y después de las palabras de Marta y María, Damián se ablanda con Andrés, asegurando que ha sido demasiado duro con él, actuando como dueño de las perfumerías y no como padre. Entonces, le ofrece su apoyo y comprensión si decide quedarse en la empresa. Además, anima a su hijo a explicarse ante Pedro.

En el despacho, haciendo caso a Damián, Andrés convoca a Pedro, que rechaza hasta sentarse y solo desea que le informe de que deja la fábrica ipso facto, insistiendo en que Mateo falleció debido a su irresponsabilidad. Pero cuando el exmilitar le revela que su hijo estuvo de acuerdo en tapar los errores de Felipe, Carpena se rebela.

En la tienda, Fina anuncia a Marta que Claudia ha accedido finalmente a ir al mar con sus amigas y la directora les da el día libre antes de que la de Don Benito se eche atrás. De paso, la dependienta suplica a su novia que las acompañe, pero sus obligaciones laborales se lo impiden.

A continuación, desolado, Pedro se refugia en los brazos de Digna, la única persona en la que encuentra consuelo. La matriarca de los Merino le insta a parar de atormentarse con la idea de que Mateo podría seguir vivo: a su hijo se lo llevó un fatal accidente. Como colofón, ambos terminan besándose, hasta que Inés aparece por la puerta… ¿Los habrá visto?

Por la noche, Julia pregunta a Jesús si quiere a Begoña a pesar de que le fue infiel con su tío Andrés y él contesta que su enfermedad le ha demostrado que sigue profundamente enamorado de su esposa. A la enfermera, que lo escucha desde el pasillo, casi se le saltan las lágrimas…

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