Avance “Sueños de libertad”: «¡Jesús mató a Valentín!»
La situación de Begoña empeora a raíz de las drogas que le suministra Jesús y protagoniza una escena que provoca un cisma familiar, en los próximos capítulos de ‘Sueños de libertad’.
(Esta noticia contiene spoilers). Los próximos capítulos de ‘Sueños de libertad’ vienen cargados de sorpresas con giros en las tramas que nos mantendrán pegados a la pantalla.
Pero sin duda, la historia principal estará protagonizada por el triángulo amoroso que forman Jesús, Begoña y Andrés. La chica empeorará día a día a raíz de las drogas que le suministra Jesús y la familia será testigo de ello.
Jesús se encargará de llevarla a situaciones límite y la propia Begoña pensará que ha heredado la enfermedad de su madre y se está volviendo loca… sin embargo, sus momentos de lucidez son cada vez más escasos.
En su afán por ayudarla, Andrés y Luz buscarán la forma de acercarse a ella y comprobar si su estado es fruto de los ansiolíticos o es algo más grave. Por suerte, contarán con la ayuda de Jaime.
Consciente de que Jaime puede arruinar su plan contra Begoña, Jesús rebuscará entre los secretos más escabrosos que guarda Marta para chantajearlo, y evitar que su propósito salga a la luz.
Todo esto ocurrirá después de que Begoña protagonice una nueva y desagradable escena en la que, tras sufrir unas fuertes alucinaciones en las que se ve en peligro con Jesús, grita frente a todos que él es el asesino de Clotilde y Valentín.
Desde ese momento comienzan a surgir las dudas en la familia… ¿Es todo fruto de su imaginación o hay algo de cierto? Todos saben que Jesús puede llegar a ser muy retorcido, ¿Pero hasta el punto de ser un asesino?
Andrés está convencido de que Begoña tiene razón… pues, tras escuchar de su boca tal confesión, todas las piezas comienzan a encajar en su cabeza.
Avance de lo que pasará el viernes 16 de agosto en el capítulo 123 de “Sueños de libertad”
Jesús repite la misma operación del desayuno y echa unas gotas del frasco que le entregó Cazorla en una tisana que ofrece a Begoña, confundida tras creer ver a su difunta madre. Por los efectos que el líquido provoca en la enfermera, todo indica que se trata de una droga para volverla literalmente loca. Cuando él le pregunta si se ha sentido rara, ella lo niega.
En el laboratorio, pese a que Andrés ha estado a punto de descubrirlos varias veces, Luis y Joaquín hablan de nuevo sobre el proyecto del balneario: la cantidad que pide Peralta por las tierras es inasumible. En esas, llega su primo y acusa directamente al perfumista de ocultarle algo y haberle retirado su confianza…
En la mansión, María, que también está escamada por las numerosas visitas a Madrid de Gema, piensa que ésta ha regresado con Ernesto o tiene otro amante. La sirvienta le aclara que ha viajado con Joaquín, pero no suelta prenda sobre el negocio que los Merino se traen entre manos.
En la alcoba, aprovechando que duerme, Jesús roba a Begoña la medalla que Mercedes le legó en su lecho de muerte. Y en la fábrica, Carmen agradece a Damián que pagara la fianza y repusiera el dinero estafado por Tasio. A cambio, el patrón le ruega que sea comprensiva con su hijo ilegítimo.
En las dependencias de los Merino, Luis anuncia que el banco les ha denegado el préstamo para poder comprar los terrenos de Peralta. Con sus hijos al borde de descartar el balneario, Digna sentencia que no es momento de arrugarse, sino de recuperar el prestigio, y pone una arriesgada solución sobre la mesa: hipotecar su hogar…
En la cantina, Tasio nota a Carmen con cara de pocos amigos y augura una tempestad. Efectivamente, la sevillana, ignorando las súplicas de Damián, advierte a su marido de que será muy difícil que lo perdone tras mentirle a la cara y dejarla en la ruina. Por ello, le exige que se vaya de casa…
Por su parte, Jesús comunica a Isabel que su idea de abrirse al mercado norteamericano no prosperó por culpa de Marta. Como venganza, ella confiesa que conoce un secreto que neutralizaría su influencia en la empresa: está liada con Fina… Contra todo pronóstico, su jefe la abronca por insinuar que su hermana es una “invertida”.
Entretanto, Gema se dispone a limpiar la habitación de Begoña y ésta afirma que Digna ya lo hizo por la mañana. La sirvienta, extrañada, le explica que eso es imposible, porque su suegra estaba en el mercado. Aturdida, la enfermera admite que quizás se equivoca…
En el dispensario, Jaime, liberado, comenta a Luz que por fin ha dado el paso de sincerarse con Marta respecto a su cáncer terminal. Sin embargo, a la doctora no le basta, por lo que le recomienda compartir su enfermedad con toda la familia para que estén preparados. Mientras, él la anima a soltar lastre y desvelar sus secretos a Luis.
En la cocina, Isidro asegura a Damián que piensa igual que Digna: si Valentín y Clotilde tuvieron hasta una hija, la versión de que él la mató obsesionado con poseerla ya no cuadra. Para despistarlo, el patriarca se inventa que recientemente quemó los recuerdos de ambos, por eso el chófer halló el dichoso anillo en el maletero.
Por la noche, Luz hace caso a Jaime y revela a Luis todo lo que esconde desde hace años. Además, le informa de la ruptura con su compañero y le jura que aún lo ama. La reacción del perfumista, que la tacha de farsante, no es la que ella esperaba…
A todo esto, Begoña alerta a Gema y María porque la medalla de su madre ha desaparecido del cajón, que ha vaciado por completo. Tras su chocante comportamiento en la alcoba, la sirvienta se lava las manos y Andrés también tercia en la discusión.
El caso es que se monta un monumental jaleo en la mansión hasta que Digna se presenta con la medallita, que estaba en su sitio. Begoña se queda pálida y Jesús, que repuso la joya después de llevársela, se regodea a solas: las gotas están actuando…