Triste debacle de Begoña en ‘Sueños de libertad’: así se está ganando más enemigos
En el episodio de este lunes de la serie de Antena 3, María ha propuesto celebrar una verbena para la empresa, pero Jesús ha impuesto sus leyes frente al apoyo de Marta
El personaje de Begoña, en la serie de Antena 3, Sueños de libertad, encara ahora una senda sin retorno, en el que la inestabilidad comienza a pasarle factura y a alejarla de todo el mundo, incluso de las personas que podrían ayudarle. La drogada protagonista de ficción protagonizada por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, desconoce lo que Jesús le suministra cada día en el té, pero la crisis sucedida en el capítulo de este lunes podría levantar las sospechas de las únicas personas que podrían salvarla.
El episodio ha comenzado cuando Jesús ha despertado a Begoña, después de llevar más de diez horas durmiendo y de haber ocasionado todo un revuelo al acusar a Gema de robarle la medalla que le regaló su madre. El empresario ha pensado que, en su estado, no debía hacer el viaje a Londres que tenía planeado. Jesús está consiguiendo su objetivo de retener a su esposa en casa, pese a sus intentos de huida.
En el desayuno en casa de los De la Reina, María ha propuesto celebrar una verbena para los empleados, con motivo del trigésimo aniversario de la empresa. Jesús ha impuesto sus objeciones, por tratarse de una celebración informal, pero Marta ha sido la primera en darle su apoyo a su cuñada. Todavía confuso por la información que Isabel le ofreció a Jesús sobre su hermana, el empresario ha puesto como condición que fuese su secretaria la que supervise los gastos de la celebración.
María arremete contra Begoña
Poco después, a solas con Andrés y Gema, María ha criticado que Jesús se entrometiese en sus planes, para tenerla controlada, cuando a quien debía controlar era a su esposa. Begoña, que no había bajado a desayunar hasta ese momento, ha escuchado la conversación en la que María criticaba su actitud de la noche anterior, y el mal rato que le hizo pasar a Gema.
“Tienes razón, María”, ha cedido Begoña, dedicándole unas palabras a Gema: “Ayer fui muy injusta contigo”. María le ha reprochado a su cuñada que fuese por la vida sin controlar sus impulsos, y le ha sugerido que buscase ayuda profesional, como la casa de reposo en la que estaba ingresada su madre Mercedes. Begoña no ha querido saber a qué se refería la chica. Estaba demasiado cansada, y se ha retirado de nuevo a su habitación.
María ha asegurado que Andrés no volvería a ser el perrito faldero de Begoña
Andrés le ha dicho a María que se había pasado con Begoña, pero ella ha alegado que la chica estaba desquiciada, a no ser que aquello fuese “una interpretación magistral”. A María le ha molestado que Begoña le robase protagonismo por la pérdida de su supuesto bebé, motivo por el que Gema la ha mirado de reojo. A solas con la criada, María ha asegurado que Andrés no volvería a ser el perrito faldero de Begoña, y que sería ella quien impusiera las pautas.
Luz, preocupada por Begoña
Andrés, por su parte, ha acudido al dispensario para contarle a Luz la crisis que Begoña tuvo la noche anterior. El ingeniero ha querido saber si el dolor por la muerte de su madre podría llevarla a aquel extremo, pero la doctora ha comentado que, además de eso, Begoña atravesaba una racha muy mala. “Mi mujer y Gema piensan que pueden ser signos de heredar la enfermedad de su madre”, ha comentado Andrés.
Por el contrario, Borrell intuía que, si Begoña se mostraba inestable, probablemente sería porque seguiría usando tranquilizantes. Así que la médico se ha propuesto hacerle una visita a su amiga.
En su habitación, Begoña ha contado a Luz cómo arremetió contra todos la noche anterior. “Cuanto más duermo, más cansada estoy”, ha explicado la enfermera a su amiga, comentando también que Jesús no quería que ella viajase así. Luz le ha preguntado si acaso no habría vuelto a tomar pastillas, y le ha pedido que fuese totalmente sincera con ella. La médico ha amenazado con rebuscar en el armario y los cajones, pero Begoña le ha asegurado que no encontraría ningún bote de medicación.
Sin embargo, cuando Begoña ha visto que Luz sacaba de su bolso el instrumental para hacerle un análisis de sangre, se ha alterado, volviendo a repetir, esta vez a gritos, que no estaba tomando nada, y que si no le creía debía marcharse de allí. Luz se ha sentido maltratada, y se ha largado por donde había venido. ¿Se quedará Begoña sola? ¿O descubrirá Andrés que está siendo sedada? ¿Conseguirá Jesús retenerla, finalmente, de su viaje a Inglaterra?